San José, 26 de Agosto 2025. En Costa Rica, el ictus —también conocido como accidente cerebrovascular o infarto cerebral— se ha convertido en una de las principales causas de muerte y discapacidad en personas adultas. Se produce cuando el flujo sanguíneo al cerebro se interrumpe, ya sea por la obstrucción de una arteria (ictus isquémico) o por la ruptura de un vaso sanguíneo (ictus hemorrágico). Ambas situaciones requieren atención médica inmediata, pues cada minuto cuenta para salvar vidas y reducir secuelas.
El Doctor Geovanni Brenes, médico y gerontólogo, señala que la prevención es la herramienta más poderosa, sobre todo en personas de 50 años y más, quienes presentan mayor riesgo debido a la acumulación de factores como hipertensión, colesterol elevado o diabetes.
Diez pasos para la prevención del ictus
El especialista detalla las principales acciones que deben tomarse para reducir el riesgo:
Control de la presión arterial: “La hipertensión es uno de los principales factores de riesgo para presentar un ictus. Es importante que los pacientes midan su presión arterial en forma regular y tomen al pie de la letra el tratamiento médico indicado”, afirma el Dr. Brenes.
Manejo del colesterol: Los niveles elevados de colesterol LDL, conocido como “colesterol malo”, favorecen la acumulación de placa en las arterias, lo que incrementa la posibilidad de un ictus isquémico.
Control de la diabetes: Una diabetes mal controlada daña los vasos sanguíneos y aumenta el riesgo de complicaciones cerebrovasculares.
Alimentación saludable: Una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras, y baja en grasas saturadas, colesterol y sodio, es una base de protección.
Actividad física: Caminar, nadar o andar en bicicleta de manera regular, según la capacidad de cada persona, fortalece la salud cardiovascular.
Dejar de fumar: El tabaco duplica el riesgo de ictus al dañar las arterias y elevar la presión arterial.
Consumo moderado de alcohol: El exceso eleva la presión arterial y, con ello, el riesgo de un evento cerebral.
Control del peso: La obesidad es un factor de riesgo directo que debe atenderse con hábitos saludables.
Detección de fibrilación auricular (FA): Esta arritmia cardíaca favorece la formación de coágulos que pueden viajar al cerebro y provocar un ictus.
Reconocer los síntomas: “Es vital que pacientes y familiares sepan identificar los signos de alarma: cara caída, debilidad en un brazo o dificultad para hablar. Ante estos síntomas, se debe buscar ayuda médica inmediata”, explica Brenes.
Un llamado a la prevención
El ictus no distingue edad ni género, pero sus consecuencias suelen ser más graves en la adultez mayor. Incorporar controles médicos regulares, mantener hábitos saludables y reconocer los signos de alarma puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, o entre una recuperación plena y una discapacidad permanente.
👉 Prevenir el ictus está en nuestras manos: cuidar el corazón y el cerebro es cuidar la vida.