Envejecer con salud: la ciencia respalda el poder transformador de los estilos de vida saludables

Ago 6, 2025 | Recientes, Salud, slider salud | 0 Comentarios

Autor: Costa Rica Mayor

Por: Redacción. Costa Rica Mayor

San José, 6 de agosto de 2025.  Durante décadas, se pensó que el deterioro físico y cognitivo en la vejez era un destino inevitable. Hoy, la evidencia científica demuestra lo contrario: los estilos de vida saludables son una herramienta poderosa para vivir más y mejor. Envejecer no significa necesariamente enfermar, y envejecer activamente puede ser una elección sustentada en hábitos, entornos y decisiones que favorezcan la calidad de vida.

¿Qué dice la ciencia?

Investigaciones recientes publicadas en revistas como The Lancet Healthy Longevity, BMJ, y Journal of Gerontology coinciden en que adoptar hábitos saludables puede retrasar o prevenir la aparición de enfermedades crónicas, preservar la autonomía funcional y reducir la mortalidad prematura en personas adultas mayores.

Un metaanálisis liderado por la Universidad de Harvard, que incluyó a más de 120 000 personas seguidas por más de 20 años, reveló que las personas mayores que mantenían cinco factores clave —alimentación equilibrada, actividad física regular, no fumar, consumo moderado de alcohol y peso corporal adecuado— vivían en promedio 12 a 14 años más sin enfermedades crónicas como cáncer, enfermedades cardíacas o diabetes tipo 2.

En Costa Rica, los estudios del Centro Centroamericano de Población (CCP) de la Universidad de Costa Rica han demostrado que quienes adoptan estilos de vida activos tienden a reportar mejor salud autovalorada, menor dependencia funcional y mayores niveles de satisfacción vital, incluso en contextos de vulnerabilidad social.

Componentes de un estilo de vida saludable en la vejez

  1. Actividad física regular:
    Caminar, bailar, nadar o realizar ejercicios de fuerza al menos 150 minutos por semana mejora la capacidad cardiovascular, fortalece los músculos, reduce el riesgo de caídas y estimula funciones cognitivas.

  2. Alimentación balanceada:
    Dietas ricas en frutas, vegetales, legumbres, proteínas magras y grasas saludables (como en la dieta mediterránea o la dieta de la zona azul de Nicoya) se asocian con mejor salud metabólica y menor inflamación crónica.

  3. Salud mental y emocional:
    Participar en actividades sociales, mantener vínculos afectivos y cultivar propósitos de vida reduce significativamente el riesgo de depresión y deterioro cognitivo, según estudios del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de EE. UU.

  4. Sueño adecuado y manejo del estrés:
    Dormir entre 7 y 8 horas diarias y practicar técnicas de relajación como meditación, oración o respiración profunda tiene efectos positivos sobre la presión arterial, la memoria y el sistema inmune.

  5. Estimulación cognitiva continua:
    Leer, aprender cosas nuevas, participar en talleres o actividades culturales estimula la neuroplasticidad, clave para preservar las funciones cognitivas.

Envejecer activamente: un acto personal y político

Adoptar estilos de vida saludables no depende solo de la voluntad individual. También requiere de entornos que lo hagan posible, como barrios caminables, acceso a servicios de salud preventiva, programas de actividad física comunitaria, espacios verdes, seguridad alimentaria y apoyo psicosocial. Por ello, el envejecimiento activo debe abordarse como una política pública intersectorial, articulando salud, educación, cultura, deporte y desarrollo local.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha impulsado el concepto de Envejecimiento Saludable como el proceso de desarrollar y mantener la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez. Este enfoque reconoce que las decisiones saludables tienen más impacto cuando se apoyan en contextos justos, accesibles y equitativos.

La vejez no es el final, es una etapa de posibilidad

La evidencia es clara: nunca es tarde para mejorar los hábitos y transformar la calidad de vida. Los estilos de vida saludables no solo prolongan los años de vida, sino que llenan esos años de vitalidad, independencia y sentido.

En un país como Costa Rica, con una creciente población mayor, impulsar estilos de vida saludables no es solo una necesidad sanitaria, sino un compromiso con la dignidad, la justicia social y el desarrollo humano. Apostar por la salud en la vejez es, en última instancia, apostar por una sociedad más fuerte, más compasiva y más sostenible.

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