Caminar y comer bien puede proteger el cerebro: estudio internacional revela beneficios para mayores con alto riesgo genético

Jul 30, 2025 | Noticias, Salud, slider noticias, slider salud | 0 Comentarios

Autor: Costa Rica Mayor

Por: Redacción Costa Rica Mayor. Toronto, 30 de julio de 2025 – Un nuevo estudio presentado en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer (AAIC 2025) reveló que las personas adultas mayores que caminan con regularidad y mantienen una dieta saludable pueden ralentizar el deterioro de su memoria, incluso cuando tienen una predisposición genética al Alzheimer. En particular, el beneficio se observó en quienes poseen el gen APOE ε4, un factor de riesgo conocido para desarrollar esta enfermedad.

El estudio mostró que con solo aumentar en un 10 % el tiempo de caminata diaria, se pueden lograr mejoras importantes en el funcionamiento del cerebro. Las mujeres que portan el gen de riesgo y adoptaron una rutina de caminata y buena alimentación, mejoraron hasta en un 8,5 % su memoria general y un 4,7 % su capacidad para resolver tareas mentales complejas. En los hombres, los beneficios fueron similares: un 12 % más de memoria y un 2,6 % en funciones cognitivas exigentes.

Caminar no tiene que ser extenuante ni costoso. En Costa Rica, basta con salir a recorrer el Parque de la Sabana, caminar con calma por los alrededores de la Basílica de Cartago, moverse entre cafetales en las comunidades de Heredia, o subir poco a poco los senderos de Escazú. Lo importante es mantenerse en movimiento de forma constante y segura. Quienes viven en zonas rurales también pueden encontrar oportunidades al caminar a hacer sus mandados o recorrer senderos comunitarios. Incluso las caminatas dentro del hogar, en patios o corredores, pueden marcar una diferencia si se hacen con regularidad.

La dieta también juega un papel fundamental. El estudio destacó que una alimentación inspirada en el modelo mediterráneo o MIND puede potenciar los efectos positivos de la caminata. En el contexto costarricense, esto se traduce en incluir alimentos como frutas frescas (guayaba, papaya, banano), verduras de hojas verdes (espinaca, lechuga, mostaza), arroz integral, frijoles, pescado fresco como el pargo o la tilapia, aceite de oliva, aguacate y frutos secos como las nueces. A la vez, se recomienda reducir el consumo de carnes rojas, embutidos, frituras y productos ultra procesados.

Aunque el estudio no definió una frecuencia exacta para la actividad física, el mensaje fue claro: más movimiento y mejor alimentación contribuyen a cuidar el cerebro. Esta es una buena noticia para las personas adultas mayores de Costa Rica, especialmente aquellas con antecedentes familiares de demencia. Además, estos hábitos no requieren grandes inversiones ni acceso a gimnasios; pueden desarrollarse desde el entorno familiar y comunitario, con apoyo de centros diurnos, EBAIS o iniciativas municipales que promuevan la salud en la vejez.

En resumen, caminar un poco más cada día y comer de forma más saludable es una estrategia sencilla y accesible para proteger la memoria. Son acciones posibles desde el entorno costarricense y pueden marcar una gran diferencia, incluso para quienes tienen un riesgo genético más alto. La vejez activa comienza con pequeños pasos y decisiones cotidianas.

Artículos relacionados