Arteterapia como estimulación integral: Un medio significativo y recreativo para prevenir el deterioro cognitivo y mejorar el funcionamiento motor en adultos mayores

Jul 4, 2025 | Salud, slider salud | 0 Comentarios

Autor: Costa Rica Mayor

Por: Mariela Saravía, Psicóloga

San José, Junio 2025. Durante muchos años, el concepto de estimulación ha sido asociado casi exclusivamente con la infancia o con personas que presentan patologías motoras.  Sin embargo, es momento de ampliar esta mirada y comprender que la adultez mayor no es —como lo dicta el estigma social— la etapa final de la vida, sino una nueva oportunidad de renacer.
Contrario a la imagen del adulto mayor como alguien que espera el ocaso desde una ventana melancólica, esta etapa puede ser profundamente rica en sentido, descubrimientos y crecimiento personal. Es una tercera etapa del desarrollo humano que, lejos de representar el final, puede convertirse en un tiempo de plenitud.
La arteterapia, en este contexto, no solo representa un medio curativo a nivel emocional, sino que también actúa como una poderosa herramienta de estimulación integral —mental, emocional y física—. Al ser una vía expresiva, significativa y no invasiva, permite a los adultos mayores comunicar lo que muchas veces resulta difícil expresar con palabras, lo que favorece una comunicación más fluida y menos sujeta al juicio. Esto la convierte en una estrategia valiosa para profesionales en gerontología y salud mental.
Desde mi experiencia como psicóloga clínica, especialista en arteterapia y estudiante de Terapia Ocupacional, observo cómo muchos adultos mayores viven esta etapa como una segunda adolescencia. Aunque ya no se pregunten “¿quién soy?”, como señala Erik Erikson, sí se reencuentran con deseos postergados o negados por los prejuicios y exigencias de etapas anteriores.
Es fundamental que comprendan que esta etapa no representa el final, sino un nuevo comienzo. Incluso cuando hay limitaciones físicas, toda actividad puede adaptarse a las capacidades funcionales de la persona. Aquí es donde el arte cobra un valor incalculable.

La identidad no es algo fijo, sino una construcción continua, influenciada por las experiencias sociales y ambientales. Es un proceso dinámico que se actualiza constantemente (1).
Desde el enfoque humanista de Carl Rogers, el ser humano es visto como una realidad existencial en desarrollo, con una tendencia innata a crecer y convertirse en su mejor versión: la tendencia actualizante (2). Esta capacidad no desaparece con la edad, por el contrario, puede florecer si se le brindan las condiciones adecuadas.

Aunque la arteterapia tiene múltiples raíces, Edith Kramer, una de sus fundadoras, afirmaba que el proceso artístico en sí mismo tiene poder sanador, ya que la persona encuentra motivación y sentido en lo que crea . El arte permite expresar lo que el lenguaje verbal no alcanza. A través de texturas, colores y formas, el adulto mayor puede conectar con su mundo interno, estimular sus sentidos y redescubrir su capacidad de crear.

La arteterapeuta costarricense Mónica Ventura plantea que el proceso creativo se desarrolla en tres niveles interrelacionados:

• Kinestésico-sensorial: estimula los sentidos y el movimiento corporal mediante materiales como arcilla, barro o telas texturizadas, activando el sistema sensomotor.
• Perceptual-afectivo: busca provocar emociones a través del uso consciente de colores, formas y texturas, favoreciendo la expresión emocional.
• Cognitivo-simbólico: permite estructurar, clasificar y dar significado a las experiencias, utilizando el arte como lenguaje simbólico.

La arteterapia ofrece múltiples beneficios para la salud cognitiva y motora. Estimula la atención, mejora la memoria, fortalece las funciones ejecutivas y promueve la coordinación psicomotriz. Es útil tanto en procesos preventivos como terapéuticos, ya sea que exista deterioro cognitivo o no. Además, impacta positivamente en el estado de ánimo, la autoestima y la percepción del tiempo libre como un espacio significativo, promoviendo un envejecimiento activo.  En cuanto a lo motor, trabajar con materiales como plastilina, acuarelas o collage estimula la coordinación, el agarre, la pinza fina, la atención visual y la percepción sensorial. Todo esto se traduce en una mejora funcional en las actividades de la vida diaria y en un mayor bienestar general.

La arteterapia es mucho más que una técnica artística. Es una herramienta poderosa, significativa y recreativa que permite prevenir el deterioro cognitivo, mejorar la función motora y, sobre todo, reconectar al adulto mayor con su identidad, sus emociones y su capacidad de disfrutar.
Implementarla como medio de estimulación integral no solo favorece la salud física y mental, sino que promueve un envejecimiento más pleno, autónomo y humano.

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