Salud: La Ocupación en Personas Adultas Mayores, ¿cómo mantener el propósito y la dignidad ante un diagnóstico neurodegenerativo?

Oct 13, 2025 | Opinión, Salud, slider opinion, slider salud | 0 Comentarios

Autor: Costa Rica Mayor

Por: Licda. Alejandra Castillo Mata, Terapeuta Ocupacional

«La ocupación le da sentido a la vida; el terapeuta ocupacional ayuda a encontrarlo.»
– Gary Kielhofner

Octubre 2025.  La salud mental es un estado de bienestar que va más allá de la ausencia de enfermedad; implica sentir propósito, equilibrio y satisfacción con la propia vida. Desde la Terapia Ocupacional, comprendemos que la salud mental se construye y se sostiene a través de la ocupación significativa: aquello que hacemos, que nos conecta con lo que somos y con los demás.
En el caso de las personas adultas mayores, la ocupación adquiere un valor aún más profundo. La vejez no debe entenderse como una etapa de pérdida, sino como un proceso de transformación ocupacional, donde el sentido de propósito puede mantenerse, adaptarse y florecer incluso ante los cambios asociados al envejecimiento o un diagnóstico neurodegenerativo.

La ocupación como fuente de propósito y dignidad

Desde el Modelo de Ocupación Humana (MOHO), se reconoce que cada persona se motiva, actúa y se adapta a través de tres componentes: la volición, la habituación y las capacidades de desempeño. Estos elementos, al interactuar con el entorno, determinan cómo una persona participa en sus ocupaciones. En el contexto de las enfermedades neurodegenerativas —como la demencia, el Parkinson o el Alzheimer—, es esencial mantener activa la volición: los intereses, valores y motivaciones que dan sentido a la vida. Cuando el terapeuta ocupacional conoce la historia de vida, las preferencias y los roles previos del adulto mayor, puede diseñar intervenciones centradas en la persona, que preserven su identidad y promuevan su bienestar emocional, cognitivo y funcional.
La ocupación no solo es una herramienta terapéutica; es una fuente de dignidad. A través de ella, la persona mayor reafirma su valor, su autonomía y su sentido de contribución. Continuar participando en actividades significativas —aunque adaptadas— permite sostener el equilibrio emocional y mantener la conexión con la propia historia y con el entorno social.

Prepararse para envejecer: una mirada preventiva

Hablar de salud mental en la vejez también implica reflexionar sobre la transición hacia la jubilación. En nuestra cultura, muchas veces se concibe este momento como un “corte” en la vida productiva, generando sentimientos de inutilidad o vacío. Sin embargo, desde la Terapia Ocupacional promovemos una visión distinta: planificar activamente la jubilación para que sea una etapa de reconfiguración ocupacional, no de pérdida. Anticiparse a este cambio implica reconocer intereses personales, explorar nuevas actividades, fortalecer redes sociales y mantener rutinas significativas. De esta manera, se evita la sensación de “deshabilitación” y se promueve una experiencia de envejecimiento más saludable, con sentido y propósito.

Ocuparse es cuidar la salud mental

El bienestar emocional y la funcionalidad no se sostienen únicamente con medicación o atención médica; se construyen a través de la acción. Por medio de la actividad, el ser humano se sana, se expresa y encuentra equilibrio. En cada tejido, en cada paseo, en cada oración, en cada conversación, el adulto mayor reafirma su existencia y su capacidad de seguir siendo parte del mundo. La Terapia Ocupacional acompaña ese proceso, facilitando espacios donde la persona pueda seguir haciendo, siendo y perteneciendo.

En este Día Mundial de la Salud Mental, recordemos que la salud mental también se cultiva desde la ocupación. Mantener el propósito, la participación y la dignidad es posible en todas las etapas de la vida, incluso cuando el cuerpo o la mente cambian. Porque mientras haya algo que nos motive a actuar, siempre habrá una razón para vivir con significado.

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