Por Redacción Costa Rica Mayor. Colabora: Eduardo Méndez, Máster en Gerencia Social.
San José, Costa Rica – Más de 5 100 personas indígenas en Costa Rica tienen 65 años o más, según estimaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con base en datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Este grupo representa el 4,9 % de la población indígena nacional, compuesta por alrededor de 104 143 habitantes distribuidos en 24 territorios.
Guardianes de la memoria
El país reconoce ocho pueblos indígenas: Bribri, Cabécar, Maleku, Brunca (Boruca), Ngäbe, Bröran, Chorotega y Huetar. En estas comunidades, la vejez ha sido tradicionalmente un pilar cultural. Las personas mayores han ejercido liderazgo, transmitido el conocimiento ancestral y preservado la lengua y las tradiciones.
Sin embargo, la investigación de María José Víquez Barrantes (2018) sobre la comunidad bribri de Amubri, Talamanca, revela que esta visión enfrenta tensiones. La influencia de la cultura externa, la migración y la pérdida de costumbres han debilitado el respeto y la centralidad social de los mayores.
Desafíos que no pueden ignorarse
Además de los cambios culturales, factores estructurales agravan la situación: pobreza extrema, difícil acceso a servicios de salud y transporte, y ausencia de programas culturalmente pertinentes. La CEPAL y el CONAPAM advierten que la mayoría de políticas actuales se diseñan con un enfoque urbano, dejando de lado las realidades de los pueblos indígenas.
“La vejez indígena no es solo una etapa de vida; es un patrimonio cultural vivo. Preservarla es preservar la identidad del país entero”, afirma Víquez Barrantes.
Principales retos identificados
1. Desigualdades estructurales y territoriales
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Centros de salud lejanos y falta de transporte.
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Cobertura insuficiente de pensiones; alta dependencia del Régimen No Contributivo.
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Deficiencias en agua potable, saneamiento y energía.
2. Brechas culturales en la atención
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Falta de pertinencia cultural en programas estatales.
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Escasez de intérpretes y personal capacitado en lengua y cultura indígena.
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Poco reconocimiento de la medicina tradicional.
3. Cambios en la estructura social
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Pérdida de roles tradicionales de liderazgo.
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Disminución de redes comunitarias de apoyo.
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Aislamiento geográfico y social.
4. Problemáticas socioeconómicas
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Pobreza extrema persistente.
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Pocas oportunidades para aportar económicamente desde sus saberes.
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Inseguridad alimentaria por pérdida de prácticas agrícolas.
5. Retos normativos y de política pública
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Subregistro y falta de estadísticas desagregadas.
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Escasa articulación institucional.
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Cumplimiento parcial del Convenio 169 de la OIT y la Ley 7935.
Hacia una atención intercultural
Expertos en gerontología coinciden: la atención a las personas adultas mayores indígenas debe superar las barreras materiales, culturales y normativas. El desafío es construir un modelo de atención intercultural que garantice derechos y fortalezca la identidad de cada pueblo.