Redacción Costa Rica Mayor
13 de mayo, 2025
Más de 110.000 personas adultas mayores viven solas en Costa Rica, según reveló un reciente estudio. Sin embargo, más allá de la cifra, se encuentra una realidad profundamente humana: muchas de ellas no eligen estar solas. Lo que viven es soledad no deseada, una forma de aislamiento emocional que afecta la salud, la autonomía y la dignidad en la vejez.
¿Qué es la soledad no deseada?
La soledad no deseada se produce cuando una persona no tiene los vínculos afectivos o sociales que desea, y esta desconexión genera malestar. A diferencia de la soledad elegida, que puede ser enriquecedora, la soledad no deseada no es voluntaria y viene acompañada de sentimientos de vacío, tristeza, abandono o angustia.
No se trata únicamente de vivir sin compañía, sino de sentirse solo, incluso cuando se tiene contacto ocasional con otras personas. Este fenómeno es especialmente frecuente entre las personas mayores, por múltiples causas:
- Pérdida de seres queridos o redes afectivas (viudez, fallecimiento de amistades).
- Problemas de salud o movilidad que dificultan salir de casa.
- Barreras tecnológicas, económicas o geográficas para comunicarse.
- Actitudes sociales excluyentes o edadismo.
¿Por qué es tan grave?
La soledad no deseada tiene consecuencias físicas y emocionales comparables a factores de riesgo como el tabaquismo o el sedentarismo. De hecho, estudios internacionales advierten que puede afectar la salud tanto como fumar 15 cigarrillos al día.
En personas adultas mayores, este tipo de soledad está vinculado a:
- Mayor riesgo de depresión, ansiedad y deterioro cognitivo.
- Aumento de las caídas domésticas y problemas de nutrición.
- Pérdida de sentido de vida y menor participación en la comunidad.
🤝 ¿Cómo combatirla?
Expertos y organizaciones coinciden en que enfrentar la soledad no deseada exige acciones colectivas y sistémicas. Algunas estrategias clave son:
- Fortalecer redes comunitarias de apoyo: asociaciones de vecinos, centros diurnos, grupos religiosos o culturales pueden ofrecer espacios de pertenencia, escucha y vínculo para las personas mayores.
- Fomentar el voluntariado intergeneracional: conectar a jóvenes con personas mayores en proyectos o actividades compartidas permite reconstruir la solidaridad y el afecto entre generaciones.
- Establecer programas de acompañamiento regular: ya sea con visitas presenciales o llamadas telefónicas, muchas organizaciones y gobiernos locales pueden colaborar para que nadie se sienta olvidado.
- Promover el uso de tecnología inclusiva: capacitar a las personas mayores en herramientas digitales les permite comunicarse con sus seres queridos y participar en espacios virtuales de intercambio y aprendizaje.
Un compromiso de todos
Desde Costa Rica Mayor recordamos que la vejez no es una enfermedad ni un problema, sino una etapa natural de la vida que merece respeto, reconocimiento y compañía.
La soledad no deseada no se combate únicamente con políticas públicas, sino también con gestos cotidianos. Una llamada, una visita, un mensaje sincero pueden marcar una diferencia profunda.