24 de junio de 2025
Redacción Costa Rica Mayor
Contrario a los estereotipos que asocian la vejez con el desinterés afectivo o el retiro de la vida sexual, una reciente encuesta publicada por el Kinsey Institute de los Estados Unidos en colaboración con la plataforma Match revela una realidad contundente: las personas mayores de 50 años no han perdido el deseo ni el entusiasmo por el amor, el romance o la intimidad. Más bien, se han convertido en buscadores experimentados de vínculos auténticos, con altas expectativas tanto emocionales como sexuales.
El estudio, titulado Singles in America, encuestó a más de 2.200 personas solteras mayores de 50 años. Los resultados rompen mitos muy arraigados sobre la vejez, mostrando que esta etapa de la vida está lejos de ser un período de resignación afectiva. Por el contrario, es una etapa donde el deseo de amar y ser amado se expresa con fuerza, madurez y libertad.
Los investigadores del Kinsey Institute afirman que las personas mayores han vivido lo suficiente como para saber con claridad qué desean en una relación, y no temen expresarlo. A diferencia de generaciones anteriores, hoy muchas personas en la segunda mitad de la vida han pasado por relaciones complejas, divorcios o viudez, y aun así conservan –e incluso refuerzan– su fe en el amor. El 58% de los mayores de 50 años encuestados manifestó que cree en el amor a primera vista, una cifra que ha aumentado con respecto al 43% registrado en 2014. Además, el 70% de los encuestados dijo creer en el amor eterno, y el 66% en el destino como un elemento que guía las relaciones románticas.
Pero el estudio también deja claro que no se trata de una visión pasiva o tradicional del romance. La encuesta reveló que el 42% de los mayores solteros rechazaría una relación con alguien que solo esté interesado en tener sexo “convencional”, definido en el estudio como poco variado, monótono o rutinario. Según los investigadores del Kinsey Institute, este hallazgo confirma que las personas adultas mayores aún buscan aventura, creatividad y disfrute en sus relaciones sexuales. Cumplir 50 o 70 años no significa perder la pasión, sino reconfigurarla con libertad y autenticidad.
Otro dato impactante del estudio es que el 91% de los participantes considera que la química sexual no es opcional, sino esencial para establecer una relación amorosa. Para el 74%, esa atracción se puede identificar en las primeras tres citas. Según el mismo estudio, esa química depende principalmente de sentirse en confianza con la pareja, de poder ser honestos el uno con el otro, de la atracción física y de la conexión emocional.
Los datos también revelan que persisten numerosos malentendidos entre hombres y mujeres mayores al momento de vincularse. El 77% de los encuestados señaló que estos malentendidos han interferido en sus relaciones románticas. Por ejemplo, muchos hombres sienten que se les percibe injustamente como interesados solo en sexo o como personas reacias al compromiso, mientras que muchas mujeres sienten que se espera de ellas que dependan económicamente de sus parejas o que solo buscan relaciones casuales. Los investigadores del Kinsey Institute enfatizan que es fundamental abordar estas percepciones erróneas desde el inicio de una relación, con conversaciones abiertas sobre los intereses, expectativas y deseos de cada parte.
Otro hallazgo interesante es que, a diferencia de los imaginarios populares, la pornografía no juega un papel central en la vida sexual de este grupo etario. El 50% de los encuestados nunca ha consumido pornografía, y apenas un tercio la consume mensualmente. Además, casi la mitad considera que este tipo de contenido crea expectativas irreales sobre el sexo, lo cual puede generar inseguridad o presión en el desempeño íntimo.
En el contexto costarricense, esta investigación internacional tiene profundas resonancias. Costa Rica enfrenta un rápido proceso de envejecimiento poblacional, y según datos del INEC, en menos de dos décadas una de cada cuatro personas tendrá más de 60 años. Sin embargo, las políticas públicas, la atención sanitaria y los imaginarios culturales aún no reconocen plenamente que las personas adultas mayores tienen derecho a una vida afectiva y sexual plena. El sistema de salud suele enfocarse en la atención física, dejando de lado aspectos esenciales como el bienestar emocional, la salud sexual y la promoción de vínculos afectivos saludables en la vejez.
Además, persiste un fuerte edadismo que invisibiliza la vida íntima de las personas mayores, considerándolas como “asexuadas” o incapaces de enamorarse. Estos prejuicios también se reflejan en los medios, en los servicios de salud y en la educación sexual, donde la población mayor casi nunca está representada.
Esta encuesta sirve como un recordatorio urgente: el derecho al amor, al deseo, al placer y a la compañía no expira con la edad. Envejecer no implica renunciar a la pasión, sino tener la oportunidad de vivirla con más claridad, honestidad y libertad. En Costa Rica, romper con los tabúes que rodean el amor en la vejez es clave para garantizar un envejecimiento digno, humano y libre de prejuicios. Porque, como lo demuestra esta investigación, el corazón —y el deseo— no tienen fecha de caducidad.