La pandemia aceleró el envejecimiento cerebral incluso en quienes no se contagiaron, revela estudio internacional

Ago 10, 2025 | Noticias, slider noticias | 0 Comentarios

Autor: Costa Rica Mayor

Por: Redacción Costa Rica Mayor

San José, Costa Rica. Agosto 2025. – Un estudio internacional publicado en la revista científica Nature Communications ha revelado un hallazgo que preocupa a la comunidad médica y científica: la pandemia de COVID-19 provocó un envejecimiento cerebral equivalente a 5,5 meses adicionales, incluso en personas que nunca se infectaron con el virus.

La investigación, liderada por Ali-Reza Mohammadi-Nejad, analizó imágenes de resonancia magnética de más de 15.000 participantes antes y después del inicio de la pandemia. Los resultados mostraron que este aceleramiento del envejecimiento cerebral fue independiente de la infección y más marcado en hombres, adultos mayores y personas de entornos socioeconómicos vulnerables.

Según los especialistas, este efecto no se explica únicamente por el virus, sino por factores asociados a la crisis sanitaria, como el aislamiento social prolongado, la disminución de la actividad física, el estrés emocional y la menor estimulación cognitiva en la vida diaria. Estos elementos, combinados, parecen haber afectado funciones cerebrales clave.

Entre las alteraciones detectadas, los investigadores reportaron disminución en la memoria de trabajo, reducción en la velocidad de procesamiento mental y dificultades en funciones ejecutivas como la planificación y la toma de decisiones. En el caso de las personas mayores —quienes ya enfrentan un riesgo elevado de deterioro cognitivo—, estas conclusiones generan especial preocupación, pues sugieren que la pandemia pudo haber acelerado el retroceso de su salud cerebral incluso sin contagio.

El estudio hace un llamado urgente a implementar programas de rehabilitación cognitiva y social que ayuden a mitigar los efectos a largo plazo y prevengan un deterioro mayor. Entre las recomendaciones destacan retomar la interacción cara a cara, participar en actividades comunitarias, mantener una rutina de ejercicio regular, realizar actividades que estimulen la mente y cuidar el bienestar emocional para enfrentar la ansiedad, la depresión y la soledad.

En Costa Rica, donde la población adulta mayor crece de manera sostenida, esta evidencia refuerza la importancia de políticas públicas orientadas al envejecimiento activo. No se trata únicamente de prevenir enfermedades, sino de crear entornos que mantengan la mente y el cuerpo saludables, incluso en medio de crisis globales.

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