Por: Eduardo Méndez, Máster en Gerencia Social.
22 de julio de 2025
El envejecimiento demográfico no debe ser comprendido como una amenaza, sino como una realidad estructural transformadora con implicaciones profundas en el modelo de desarrollo. En este contexto, la denominada economía plateada —entendida como el conjunto de actividades económicas orientadas a las personas mayores de 50 años— se presenta como una oportunidad ineludible para repensar las relaciones entre envejecimiento, productividad, inclusión y bienestar.
De acuerdo con el informe El Emprendimiento en Costa Rica 2024/2025, elaborado por la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR) y la Universidad de Costa Rica (UCR), en colaboración con el Sistema de Banca para el Desarrollo, un 31,4 % de los emprendedores consolidados en el país tienen más de 45 años. Aunque el informo no menciona los emprendimientos plateados, esa cifra, más allá de su valor estadístico, nos interpela a reconocer la participación efectiva de las personas mayores en el ecosistema económico, aún en ausencia de políticas públicas específicas que promuevan su inclusión y potencien su capacidad productiva.
La sociedad civil y el sector privado como precursores
Un fenómeno relevante observado tanto en el contexto nacional como internacional es que la economía plateada está siendo impulsada desde la práctica antes que desde el diseño normativo. Diversos actores sociales y productivos han comenzado a operar en esta lógica, desarrollando soluciones concretas sin esperar la existencia de un marco legal o institucional que las regule o respalde.
Podemos citar, entre otras iniciativas emergentes:
- Emprendimientos con enfoque en productos ergonómicos y accesibles,
- Plataformas digitales inclusivas para personas mayores,
- Programas de turismo gerontológico,
- Espacios formativos y de actualización profesional para mayores de 60 años,
- Políticas internas empresariales que reconocen el valor del talento senior.
Estas acciones, muchas de ellas lideradas por la propia población adulta mayor, evidencian que la innovación social y económica no está necesariamente supeditada a la intervención del Estado, sino que también surge desde el compromiso comunitario y empresarial.
De la visión asistencialista a un enfoque integral
En el caso costarricense, las respuestas institucionales hacia el envejecimiento se han centrado históricamente en los servicios de cuidado y atención médica, sectores imprescindibles pero insuficientes. La economía plateada propone una mirada más amplia que incluye, entre otros sectores:
- Turismo accesible y de bienestar,
- Tecnologías gerontológicas y asistivas,
- Diseño urbano y vivienda adaptada,
- Educación continua y alfabetización digital,
- Productos financieros específicos,
- Recreación, consumo cultural y servicios jurídicos patrimoniales.
Estos campos continúan escasamente explorados en el país, a pesar de su potencial para generar empleo, impulsar la innovación y dinamizar la economía en una sociedad que envejece rápidamente.
Avances limitados en el ámbito institucional
Actualmente, el expediente legislativo 24.604, correspondiente al proyecto de Ley para la Promoción y Fomento de la Economía Plateada, se encuentra en trámite, aunque sin resultados concretos en términos de articulación interinstitucional. Asimismo, organismos como el Ministerio de Economía, La Organización Panamericana de la Salud, el Ministerio de Salud, la Asociación Nacional de Adultos Mayores (ANAI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) han comenzado a incursionar en este campo. Existen acciones aunque persiste cierta lentitud en su implementación.
Este rezago institucional no debe interpretarse como una causa de inacción, sino como un llamado a fortalecer el vínculo entre investigación, formulación de políticas públicas y participación social para construir un enfoque estructurado, coherente y sostenido.
El edadismo laboral: una barrera estructural
Otro desafío fundamental radica en la persistencia del edadismo en el ámbito laboral, que limita las oportunidades de reinserción, continuidad o reconversión profesional para personas mayores. Esta exclusión contrasta con el progresivo aumento de la edad de jubilación y con el capital humano y social que este grupo representa. El resultado: informalidad, subempleo y desaprovechamiento del conocimiento acumulado.
Hacia un modelo de desarrollo inclusivo
Asumir la economía plateada como política de Estado no es únicamente una estrategia de crecimiento económico; es, ante todo, una decisión ética y social. Supone reconocer que las personas mayores son actores con capacidades, derechos, creatividad y agencia, y que su participación debe formar parte del modelo productivo costarricense.
Avanzar en esta dirección requiere:
- Una política nacional de economía plateada con enfoque intersectorial,
- Programas de financiamiento, capacitación y mentoría para personas mayores emprendedoras,
- Incentivos fiscales o normativos para empresas que desarrollen productos o contraten talento senior,
- Campañas públicas orientadas a combatir el edadismo y fortalecer los vínculos intergeneracionales.
Una oportunidad con nombre propio
Costa Rica posee condiciones propicias para liderar en América Latina una transformación profunda en la relación entre envejecimiento y desarrollo. El país cuenta con capital humano calificado, redes sociales activas, instituciones robustas y un marco de derechos que puede ser ampliado y actualizado. Sin embargo, la transición hacia un modelo inclusivo exige voluntad política, planificación estratégica y la construcción de consensos sostenibles.
Termino aquí, la economía plateada no es una tendencia futura, sino una realidad en curso. La interrogante no es si vamos a responder, sino cómo y cuándo lo haremos con la seriedad, urgencia y humanidad que esta transformación merece.