Por Fernando Morales, Carlos Murillo, Agustín Gómez y Emiliana Rivera
Vía http://xn--nacin-3ta.com/
El Proyecto de Ley 24.585 propone trasladar el Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (Conapam) al Ministerio de Salud (Minsa), bajo el argumento de buscar coherencia institucional y especialización temática. Sin embargo, esta propuesta, aunque bien intencionada, se queda corta: confunde ubicación administrativa con capacidad efectiva de rectoría, y peor aún, elude los cambios estructurales que el país necesita para enfrentar un fenómeno tan complejo como el envejecimiento poblacional.
Según datos recientes del Observatorio del Envejecimiento de la Universidad de Costa Rica (UCR), más del 16% de la población del país tiene 60 años o más, y esta cifra continuará aumentando. Esto equivale a más de 850.000 personas, y se prevé que en pocas décadas se superará el millón, una meta que se alcanzará antes de lo previsto. Mientras tanto, el costo mensual de atención en centros gestionados por organizaciones de bienestar social ronda los ₡600.000, y puede ser el doble o más en el ámbito privado.
¿Cómo enfrentamos esta realidad con un Conapam que apenas cubre al 20% de esta población?
Durante una reciente comparecencia ante la Comisión Especial de Modernización del Estado en la Asamblea Legislativa, el director del Observatorio, Carlos Murillo, fue enfático: el fortalecimiento de Conapam no depende solo de una mejora de su ubicación administrativa y financiera, sino también de un robustecimiento de los “alineamientos presupuestarios y técnicos” que le permitan coordinar de forma transversal las acciones necesarias para mejorar la atención a este grupo etario desde una mirada multisectorial y de derechos humanos.
La propuesta de trasladar el Conapam al Minsa solo responde a una lógica institucional administrativa que no se traduce necesariamente en efectividad. Reducir el campo de acción del Conapam al ámbito de la salud pública es como pretender resolver la pobreza solo desde el Ministerio de Agricultura: una incongruencia conceptual.
Costa Rica necesita una transformación profunda en la forma como se concibe el envejecimiento. El enfoque principal asociado con los problemas médicos se queda corto. El envejecimiento es un fenómeno social, económico, ambiental, educativo, urbano y cultural, que requiere respuestas desde el Estado en educación, salud, Estado laico, empleo y participación ciudadana; el envejecimiento debe ser una oportunidad y no una carga. Es lo que se conoce como “economía plateada”: las personas adultas mayores no solo consumen, también producen, cuidan, son miembros de comunidades y participan social y políticamente.
La investigadora Emiliana Rivera ha señalado que las medidas administrativas no pueden resolver los enormes desafíos que tienen los países con los adultos mayores en sus otros derechos históricos y protegidos como la niñez o las mujeres. Para ello, no basta con leyes o discursos. Se requiere una institucionalidad robusta, con capacidad de gestión, alcance territorial y recursos asignados.
Rivera también advirtió sobre la necesidad de hacer un análisis claro y profundo de las necesidades que deben atenderse en el corto y largo plazo. La pobreza estructural, la violencia, el abandono, el deterioro patrimonial que afrontan muchas personas mayores, no se resuelve desde una institución sin recursos ni rectoría real.
Esta realidad es aún más evidente si revisamos el seguimiento del Plan Nacional de Planificación y Desarrollo, donde el envejecimiento sigue siendo un tema marginal sin metas claras ni articulación con los demás componentes del Conapam.
La iniciativa, además, es contradictoria con una tendencia regional: en varios países de América Latina, los temas de envejecimiento se gestionan desde instancias de desarrollo social, no de salud. ¿Por qué? Porque entienden que el envejecimiento es un tema de derechos humanos, desarrollo y justicia intergeneracional.
El propio proyecto admite que el envejecimiento debe abordarse con una visión integral de vida, pero luego encierra al Conapam en la esfera de un ministerio que ya muestra enormes rezagos en sus competencias actuales. ¿Tendrá el Minsa la capacidad institucional, política y presupuestaria para liderar el cambio estructural que se requiere?
Costa Rica debe ir más allá de una simple reubicación administrativa. Lo que se necesita es una reforma integral de Conapam que incluya su fortalecimiento como ente rector nacional, con verdadera autonomía, diversificación de fuentes de financiamiento, ampliación de su cobertura y capacidades técnicas y una articulación efectiva con gobiernos locales y otros sectores.
Además, el traslado propuesto no toca el fondo del problema, solo lo disfraza. El país requiere una política pública sólida, creación de entornos adecuados para el ejercicio de los derechos de las personas adultas mayores y presupuesto suficiente.
El envejecimiento no es una enfermedad ni un problema sanitario: es una realidad social estructural que exige soluciones sistémicas, rápidas y multisectoriales.
El envejecimiento poblacional es un fenómeno complejo que presenta retos múltiples y complejos. No se enfrenta con más de lo mismo, simplemente el tablero y parece los jugadores futuros.
Es un tema que requiere estrategias integrales, como el diseño de políticas públicas enfocadas en bienestar, salud, autonomía, protección social, acceso a servicios, la seguridad de los bienes, la defensa contra el abuso y el desarrollo de capacidades.
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FERNANDO MORALES MARTÍNEZ
Decano de la Facultad de Medicina de la UCR y médico geriatra.
CARLOS MURILLO RUÍZ
Director del Observatorio del Envejecimiento de la UCR.
AGUSTÍN GÓMEZ MELÉNDEZ
Profesor e investigador de la Escuela de Trabajo Social, UCR.
EMILIANA RIVERA ANDRÉS
Editora del Centro de Investigación Observatorio del Envejecimiento.
El envejecimiento no es una enfermedad ni un problema sanitario
Autor: Costa Rica Mayor
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