Dr. Marco Boza: vivir la vejez con propósito

Sep 3, 2025 | Frecuencia de vida, Recientes, slider frecuencia de vida | 0 Comentarios

Autor: Costa Rica Mayor

Por: Eduardo Méndez, director de CostaRicaMayor.com
San José, Costa Rica | Setiembre 2025

“Nunca he deseado con tantas ganas llegar a este nuevo punto en mi vida”

Lo conocimos durante la pandemia, y nos dio esperanza a todos. Hoy, ya jubilado a sus 66 años, el Dr. Marco Boza no teme envejecer. Todo lo contrario: celebra la vejez como una conquista y un privilegio. Médico internista durante más de 34 años en la Caja Costarricense de Seguro Social, Boza dejó los pasillos de la UCI para emprender una nueva etapa de vida… desde la cima del Chirripó.

El día que cumplió 65 años, decidió marcar el inicio de su adultez mayor con un gesto simbólico y vital: subir a la montaña más alta del país acompañado de sus amigos. Y no fue solo por deporte o nostalgia, sino para enviar un mensaje claro al país:

“Desde ahí difundí que oficialmente era un adulto mayor y que estaba en Chirripó esperando a los demás”

Un nuevo comienzo lleno de propósito

Para el Dr. Marco Boza, la jubilación no fue una despedida, sino el inicio de una etapa vibrante y plena. Tras una larga y fructífera carrera en medicina intensiva, decidió abrir espacio a nuevas formas de servicio, educación y conexión.

“El 3 de agosto salí ”, recuerda con una sonrisa.

Desde entonces, ha canalizado su energía en dar charlas, construir redes, asesorar asociaciones y fortalecer comunidades. Cambió los pasillos del hospital por auditorios, centros diurnos y espacios educativos, donde su palabra inspira, su experiencia guía y su presencia moviliza. Hoy, su rol es el de un activador social y educativo, comprometido con promover una vejez digna, activa y profundamente humana.

Un catalizador de cambios positivos

El Dr. Marco Boza no se define como conferencista ni motivador. Prefiere una imagen más auténtica y potente: la de un catalizador de cambios positivos.

“Un catalizador participa en una reacción, pero no se mete en ella. Solo la acelera o la frena… A estas alturas de mi vida profesional, eso soy”

Hoy canaliza esa energía desde la educación. Se reconoce como educador comunitario, con la misión de despertar conciencia en las personas mayores, recordándoles que su etapa de vida no es sinónimo de retiro, sino de oportunidad.

«Es hora de vincularse, de servir, de soñar», repite con convicción.

Con cada charla, conversación o acompañamiento, Boza impulsa a otros a reconectarse con sus talentos, con su comunidad y con sus sueños.

La vejez como plataforma de plenitud

Para el Dr. Marco Boza, la jubilación no marca un final, sino el punto de partida para un nuevo protagonismo lleno de sentido. La vejez, afirma, es una etapa privilegiada donde se pueden canalizar conocimientos, vínculos y sueños en beneficio propio y colectivo.

Hoy, Boza vive con entusiasmo esta nueva fase: cultiva amistades, recorre espacios comunitarios, lee, escribe, se ejercita y, sobre todo, mantiene vivo el deseo de aportar.

“A los 90 años quiero tener capacidad para soñar y para implementar… para imaginar mejores realidades”

Su visión transforma la vejez en una plataforma para compartir sabiduría, activar la comunidad y construir futuro con alegría y propósito.

Subir la montaña… y quedarse en la cima

La imagen del Chirripó no es casual. Para Boza, representa el símbolo del envejecimiento activo: esfuerzo, conexión con la naturaleza, conquista personal y celebración compartida. Subir a la cima no fue solo una hazaña física, sino un rito de paso hacia una vejez digna, libre y con propósito.

“La vejez es una etapa normal, absolutamente natural y por lo tanto hermosa del ser humano”

 Una invitación a vivir la vejez con plenitud

El mensaje del Dr. Marco Boza es claro y profundamente humano: la vejez no es una pérdida, sino una posibilidad. Es el momento ideal para compartir lo aprendido, guiar con el ejemplo, acompañar con sabiduría y fortalecer los lazos comunitarios.

No solo lo dice: lo vive. Abraza la vejez como quien conquista una cumbre, con determinación, alegría y visión. Y desde esa cima simbólica —que fue también la del Chirripó— invita a otros a recorrer su propio camino, sin miedo y con propósito.

 

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