Por: Redacción Costa Rica Mayor y Eduardo Méndez, Máster en Gerencia Social y Especialista en Envejecimiento y Vejez
En Costa Rica, los Hogares de Ancianos – hogares de larga estancia – deben cumplir con una serie de normativas y estándares establecidos por la legislación nacional para garantizar el bienestar, la dignidad y el respeto de los derechos humanos de las personas adultas mayores.
Legislación y organismos reguladores
La Ley Integral para la Persona Adulta Mayor (Ley N.º 7935) establece los derechos y garantías para esta población, incluyendo el acceso a servicios de atención integral y de calidad. Esta ley fomenta la permanencia de las personas adultas mayores en su entorno familiar y comunitario y promueve su participación en la sociedad.
El Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (CONAPAM) es el ente rector encargado de formular políticas, supervisar servicios, y acreditar a los hogares de larga estancia. Asimismo, el Ministerio de Salud otorga el permiso sanitario de funcionamiento a estas instituciones, exigiendo el cumplimiento de requisitos en infraestructura, recursos humanos y protocolos de atención.
A nivel internacional, la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores reconoce el derecho a una calidad de vida, entendida como la capacidad de una persona para vivir una vida digna y plena. Este derecho incluye el acceso a condiciones materiales y sociales que permitan satisfacer las necesidades básicas y alcanzar un buen estado de salud y bienestar. Toda residencia geriátrica debe, por tanto, ofrecer un entorno seguro, respetuoso, libre de violencia y adaptado a las capacidades de cada residente.
¿Cómo puede un familiar verificar la calidad en un Hogar de Ancianos?
Si tienes un ser querido en un hogar de larga estancia, aquí te compartimos algunos pasos prácticos:
- Aval oficial: Confirma que la residencia esté avalada por CONAPAM y cuente con el permiso sanitario vigente del Ministerio de Salud.
- Observa las condiciones del entorno: Evalúa si el lugar es accesible, limpio, seguro, y si hay condiciones adecuadas para el descanso, la alimentación, el aseo y la recreación.
- Evalúa la atención y el personal: Asegúrate de que quienes brindan los cuidados estén capacitados en geriatría, primeros auxilios, manejo emocional y derechos humanos.
- Consulta con otros familiares: Sus experiencias pueden ser un buen indicador de la calidad del servicio y del trato hacia las personas residentes.
- Solicita información sobre protocolos: Pide conocer cómo manejan las emergencias, los medicamentos, la alimentación, y cómo involucran a las familias.
- Visita con regularidad: La presencia frecuente de familiares ayuda a monitorear la atención y fortalece el vínculo emocional con la persona adulta mayor.
Las personas adultas mayores tienen derecho a vivir con dignidad y a recibir servicios de calidad que respeten su autonomía, favorezcan su bienestar y aseguren el ejercicio pleno de sus derechos. Elegir una residencia geriátrica adecuada es una decisión crítica que debe estar guiada por el compromiso con el cuidado integral, el respeto a la persona y el cumplimiento de la ley.
Porque envejecer con dignidad es un derecho, no una opción.