Por: Redacción Costa Rica Mayor
Cada vez son más los territorios costarricenses que asumen el reto de envejecer con dignidad, inclusión y participación. La iniciativa global Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores, impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y coordinada en Costa Rica una mesa técnica nacional conducida por el Ministerio de Salud que incluye además a Jupema, la UCR, AGECO, la CCSS, el IFAM y la Asociación Nacional de Alcaldías e Intendencias (ANAI) y la Fundación Yamunni Tabush. Hoy Costa Rica cuenta con 42 territorios adheridos: 41 cantones y un Concejo Municipal de Distrito.
Este programa invita a los gobiernos locales a transformar sus servicios, infraestructura y cultura institucional para atender las necesidades de una población que envejece rápidamente. No se trata solo de construir rampas o mejorar aceras, sino de escuchar a las personas mayores, respetar sus derechos y crear espacios donde puedan participar activamente en la vida comunitaria.
Según la ANAI, una ciudad amigable es aquella que “reconoce la diversidad del envejecimiento, promueve la inclusión social, protege a las personas adultas mayores de la discriminación, y responde proactivamente a sus necesidades y preferencias”. Esto implica trabajar en áreas clave como el transporte accesible, espacios públicos seguros, información clara, atención en salud, participación cívica, redes de apoyo y entornos digitales inclusivos.
Actualmente, los territorios que forman parte de esta red incluyen tanto grandes centros urbanos como municipios rurales, reflejando una creciente conciencia a nivel nacional. Entre ellos se encuentran cantones como San José, Cartago, Alajuela, San Carlos, Desamparados, Curridabat, Santa Ana, Grecia, Nicoya, Corredores, Upala, Turrialba, así como distritos como Cervantes en Alvarado. Todos han asumido el compromiso de trabajar por una ciudad más accesible y humana para todas las edades.
Pero, ¿cómo pueden involucrarse las personas adultas mayores en este proceso? La respuesta está en la participación comunitaria. Desde su adhesión, cada municipio debe conformar un grupo de trabajo intersectorial que incluya a representantes de la población mayor. A través de estos espacios, se identifican barreras, se proponen soluciones y se monitorea el avance de las acciones amigables.
“Queremos que las personas adultas mayores no solo sean beneficiarias del cambio, sino protagonistas de la transformación de sus comunidades”, explica ANAI. Por eso, muchos cantones han desarrollado actividades como caminatas inclusivas, talleres sobre derechos, brigadas ciudadanas y capacitaciones en alfabetización digital lideradas por adultos mayores.
En un país donde más del 16 % de la población ya tiene 60 años o más, y donde se proyecta que en menos de 20 años las personas mayores superarán en número a los niños menores de 15, esta iniciativa no es opcional: es una necesidad urgente.
Desde Costa Rica Mayor celebramos que ya 42 territorios costarricenses estén caminando hacia un modelo de envejecimiento más digno, participativo y justo. La meta es clara: que todas las ciudades del país sean, verdaderamente, amigables para toda la vida.