San José, 30 de Noviembre del 2025. Las ciudades de Costa Rica ya viven el espíritu de la Navidad y, como cada año, los parques centrales se convierten en el escenario principal donde familias enteras se reúnen para disfrutar de luces, música y tradición. Esta decoración festiva, más allá de embellecer el espacio público, abre una conversación importante sobre urbanismo, envejecimiento y bienestar: cómo la Navidad puede ayudar a crear ciudades amigables con las personas mayores.
Durante diciembre, los parques centrales de San Ramón, Alajuela, Cartago y Zarcero se llenan de visitantes. Estos espacios, históricamente reconocidos como el corazón social de cada cantón, adquieren un valor especial porque son accesibles, gratuitos y culturalmente significativos para personas de todas las edades. Para la población adulta mayor, representan un punto seguro de encuentro, caminata, socialización y disfrute.
En San Ramón, la iluminación del parque central ha logrado convertirse en una tradición que convoca a familias de toda la región occidental. Las luces cálidas, la ornamentación artesanal y los senderos despejados ofrecen un entorno amable para las personas mayores, quienes encuentran allí un espacio seguro para caminar al atardecer y compartir con su comunidad.
Alajuela también ha apostado por una decoración navideña que resalta su identidad. Su parque central se transforma en un punto de encuentro intergeneracional, donde la iluminación adecuada facilita la movilidad de las personas mayores y permite actividades culturales que fortalecen su participación social. La Navidad, en este caso, funciona como un vehículo para activar la vida comunitaria y promover un envejecimiento activo.
En Cartago, la tradición navideña se combina con historia. El parque central, rodeado de edificios patrimoniales, recibe cada año una decoración que evoca la Costa Rica antigua. Este estilo, que incluye nacimientos, luces cálidas y elementos naturales, genera un ambiente que invita a la memoria emocional, tan relevante para el bienestar de las personas adultas mayores. El espacio se convierte así en un punto de identidad y pertenencia.
Zarcero, por su parte, continúa siendo uno de los destinos navideños más fotografiados del país. Sus emblemáticos jardines topiarios se complementan con iluminación y adornos que resaltan su belleza única. Para las personas mayores, este parque representa un lugar accesible, abierto y estimulante que invita a caminar, contemplar y socializar, elementos clave para la salud física y mental en la vejez.
La decoración navideña en estos parques no es solo un atractivo turístico. Es una oportunidad para que las municipalidades fortalezcan la seguridad, mejoren la accesibilidad, promuevan la convivencia social y ofrezcan espacios inclusivos para las personas mayores. La iluminación adecuada reduce riesgos de caídas, los senderos libres de obstáculos facilitan el uso de andaderas o sillas de ruedas, y la programación cultural motiva la participación social, un aspecto fundamental para combatir la soledad y el aislamiento.
Convertir estos parques en escenarios luminosos y acogedores durante la Navidad es, en última instancia, una forma de promover ciudades para todas las edades. La decoración navideña no solo embellece, sino que crea entornos seguros, accesibles y emocionalmente significativos, especialmente para quienes han construido la historia de Costa Rica: las personas adultas mayores.
La Navidad en San Ramón, Alajuela, Cartago y Zarcero demuestra que cuando el espacio público se cuida, ilumina y se llena de vida, se convierte en un motor de bienestar colectivo. Estas ciudades nos recuerdan que un país verdaderamente amigable con las personas mayores se construye también desde sus parques centrales, desde su luz y desde su espíritu comunitario.
Activación social: cuando el parque es más que un adorno
Más allá de decorar, algunos municipios están desarrollando estrategias para activar socialmente sus parques durante diciembre:
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Conciertos de bandas municipales
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Festivales de comidas tradicionales
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Tardes de cuento con adultos mayores
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Caminatas navideñas inclusivas
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Presentaciones de coros intergeneracionales
Estas actividades no solo embellecen; promueven envejecimiento activo, cohesión social y participación ciudadana.
Navidad: el momento ideal para reforzar la intergeneracionalidad
Cuando un niño contempla un nacimiento junto a su abuelo, o cuando una persona mayor comparte historias navideñas con su comunidad, se fortalecen los lazos que sostienen a las ciudades humanas.
Los parques centrales iluminados:
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Reducen la soledad.
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Conectan generaciones.
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Generan espacios seguros para caminar.
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Favorecen la memoria colectiva y la identidad local.
La Navidad, bien gestionada desde un enfoque municipal, es una herramienta de política pública para construir ciudades amigables con todas las edades.
