CINE RECOMENDACIÓN:  Entre la razón y la libertad: 27 noches una historia sobre la vejez, la autonomía y el derecho a decidir

Oct 19, 2025 | Frecuencia de vida, Recientes, slider frecuencia de vida | 0 Comentarios

Autor: Costa Rica Mayor

Por: Eduardo Méndez, director Costa Rica Mayor

San José, Costa Rica — 19 de octubre de 2025. La película argentina 27 noches, dirigida por Daniel Hendler  con la que Netflix nos ha sorprendido en octubre de 2025. Basada en la novela homónima de Natalia Zito, cuenta la historia de Martha Hoffman (interpretada magistralmente por Marilú Marini), una mujer de 83 años, exmecenas del arte, brillante y excéntrica, internada por sus hijas en una clínica psiquiátrica bajo el argumento de que su conducta se ha vuelto errática.

El conflicto central surge cuando un perito judicial, interpretado por el propio Hendler, debe evaluar si la internación fue un acto de protección o un abuso encubierto. A partir de ahí, la película se mueve entre el drama psicológico, la comedia ácida y el suspenso moral, explorando un dilema tan humano como universal:

¿Dónde termina el cuidado y dónde empieza el control?

Por qué deberíamos verla con mirada gerontológica

Desde la gerontología, 27 noches es una obra imprescindible porque desmonta los estereotipos de la vejez. Martha no encarna a la “anciana frágil”, sino a una mujer vital, inteligente y provocadora, que se resiste a ser tratada como incapaz.
La película nos obliga a reflexionar sobre conceptos claves del envejecimiento contemporáneo:

  • Autonomía y autodeterminación: el derecho a decidir sobre la propia vida, incluso cuando las decisiones incomodan a otros.
  • Edadismo: el prejuicio que asocia vejez con enfermedad, irracionalidad o falta de juicio.
  • Cuidado con dignidad: cómo acompañar sin anular la individualidad ni imponer tutela.

Desde esta perspectiva, 27 noches puede ser vista como un retrato de la tensión entre la libertad personal y las estructuras familiares o institucionales que, bajo la bandera del cuidado, pueden limitarla.

El enfoque de derechos: vejez no es sinónimo de incapacidad

La película es un espejo de los dilemas que enfrentan muchas personas mayores en América Latina:
ser internadas, medicadas o tuteladas sin pleno consentimiento.
Este tema se vincula directamente con la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, que Costa Rica ratificó en 2016.
El tratado establece que toda persona mayor tiene derecho a:

  • La libertad y seguridad personal (art. 7).
  • La autonomía y la independencia (art. 12).
  • La toma de decisiones libres e informadas sobre su salud y su vida (art. 11).

En este sentido, la historia de Martha Hoffman es un caso de ficción que refleja situaciones reales de vulneración de derechos en la vejez: decisiones tomadas por otros, internamientos arbitrarios, control financiero y medicalización innecesaria.

Ver 27 noches con una mirada gerontológica y de derechos nos invita a cuestionar cómo la sociedad define lo “normal” en la vejez y a reconocer que la autonomía no desaparece con los años.

Una lectura desde lo legal y familiar

El conflicto entre Martha y sus hijas permite analizar la delgada línea entre el deber de cuidado y el abuso familiar.
Legalmente, plantea preguntas relevantes para abogados, jueces y cuidadores:

  • ¿Cuándo una internación es legítima y cuándo constituye privación de libertad?
  • ¿Qué criterios deben seguirse para declarar a una persona mayor “incapaz”?
  • ¿Quién garantiza que las medidas de protección no vulneren derechos fundamentales?

El perito judicial, que representa la mirada del Estado, se ve atrapado entre la evidencia médica, el poder económico de la familia y la lucidez de una mujer que exige ser escuchada.
Así, la película ofrece un ejercicio ético y jurídico sobre la responsabilidad profesional en contextos de vejez.

En el ámbito familiar, 27 noches desnuda emociones reales: el miedo de los hijos a perder control, la culpa, el amor mezclado con sobreprotección, y el desconocimiento de cómo acompañar a una persona mayor sin invadir su libertad.
Es una oportunidad para repensar el significado del “cuidado familiar”, que no debe ser paternalismo ni castigo, sino acompañamiento respetuoso.

Una obra brillante y necesaria

Con una fotografía sobria y una actuación conmovedora, 27 noches combina ternura, ironía y profundidad.
Marilú Marini logra que su personaje sea incómodo y entrañable a la vez; Hendler construye un relato donde el humor y la crítica social se entrelazan con elegancia.

La película nos deja sin respuestas absolutas, pero con muchas preguntas sobre cómo miramos a las personas mayores y qué tipo de sociedad estamos construyendo.

Conclusión: por qué verla

Debemos ver 27 noches porque nos enfrenta al espejo de nuestra propia forma de envejecer y de cuidar.
Porque muestra que el respeto a la autonomía no es un lujo, sino un derecho.
Y porque recuerda que el amor, sin escucha y sin consentimiento, puede convertirse en poder.

“Envejecer no debería ser perder la voz, sino aprender a usarla con más fuerza.”

Valoración: 🌟🌟🌟🌟 (4 de 5)
Una película conmovedora, inteligente y necesaria, especialmente para profesionales de la salud, el derecho, la gerontología y las familias cuidadoras.

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