Por: Redacción Costa Rica Mayor
San José, Costa Rica — 19 de octubre de 2025
En Costa Rica, el cáncer de mama continúa siendo uno de los mayores desafíos de la salud pública femenina. A pesar de los avances en detección y tratamiento, las mujeres adultas mayores —de 65 años en adelante— enfrentan condiciones particulares que muchas veces pasan desapercibidas en los informes nacionales.
Estas diferencias no solo son clínicas, sino también sociales, emocionales y culturales, lo que convierte al cáncer de mama en la vejez en un tema que requiere mayor atención, sensibilidad y políticas adaptadas.
Cáncer de mama en mujeres mayores: las cifras detrás del desafío
De acuerdo con datos del Ministerio de Salud, en 2022 se registraron 1.126 nuevos diagnósticos de cáncer de mama, lo que equivale a tres mujeres diagnosticadas cada día.
El 70 % de los casos nuevos y el 90 % de las muertes se presentan en mujeres mayores de 50 años.
Aunque Costa Rica destaca en la región con una tasa de supervivencia a cinco años del 87 % , estos promedios esconden una realidad preocupante: las mujeres mayores de 70 años tienen menos acceso a diagnóstico temprano y tratamientos oportunos.
Envejecimiento y cáncer: factores que agravan la situación
1. Diagnóstico tardío:
Las mujeres mayores suelen acudir más tarde a los servicios de salud o no reconocen los síntomas a tiempo, lo que retrasa el tratamiento y reduce las posibilidades de curación.
2. Enfermedades concomitantes:
La presencia de otras enfermedades crónicas —como hipertensión, diabetes o insuficiencia cardíaca— complica el manejo clínico del cáncer y limita el acceso a terapias más agresivas.
3. Exclusión en programas de cribado:
Los programas de mamografía gratuitos suelen enfocarse en mujeres entre los 50 y 65 años, dejando a las mayores de 70 en una zona de atención limitada.
4. Brechas de información:
El Colegio de Médicos de Costa Rica ha señalado la urgencia de contar con estadísticas actualizadas que permitan analizar el cáncer de mama específicamente en mujeres mayores. Sin estos datos, diseñar estrategias eficaces de prevención y tratamiento resulta más difícil.
El cáncer de mama y la vejez: más allá del cuerpo
Para una mujer mayor costarricense, recibir un diagnóstico de cáncer de mama no es solo un asunto médico: afecta su identidad, sus vínculos familiares y su rol social.
Muchas son pilares en sus hogares y cuidadoras de nietos o familiares, por lo que la enfermedad altera rutinas, provoca dependencia y genera ansiedad emocional.
Además, el impacto varía según el entorno geográfico y socioeconómico. Las provincias con mayor mortalidad por cáncer de mama son Heredia (20 muertes por cada 100 000 mujeres) y Cartago (18), según datos recientes de El Mundo CR.
Prevención y acompañamiento: claves para mejorar la atención
La detección temprana salva vidas:
La mamografía y la autoexploración siguen siendo las herramientas más efectivas. Las mujeres mayores deben continuar con controles médicos, incluso después de los 65 años, si el especialista lo considera necesario.
Cuidado integral:
El tratamiento debe incluir atención médica, apoyo psicológico, acompañamiento familiar y hábitos saludables como la alimentación balanceada y la actividad física.
Apoyo familiar y comunitario:
El acompañamiento emocional y logístico del entorno cercano es clave para que la mujer mantenga su adherencia al tratamiento y su motivación.
Políticas públicas inclusivas:
Es urgente que las autoridades sanitarias y académicas diseñen programas de prevención adaptados a las mujeres mayores, considerando factores de edad, comorbilidad, entorno y acceso territorial.
Mirando hacia el futuro
El envejecimiento de la población costarricense avanza con rapidez. Para 2050, una de cada cinco mujeres en el país tendrá más de 65 años. Esto significa que el cáncer de mama en mujeres mayores será un desafío creciente.
Detectar, tratar y acompañar el cáncer de mama en la vejez no debe ser una excepción, sino una prioridad de salud pública.
Garantizar atención digna y equitativa es un acto de respeto hacia quienes han construido nuestra sociedad y aún tienen mucho por vivir.
“Hablar de cáncer de mama en la vejez es hablar del derecho a una vida plena, sin miedo y con esperanza.”