Por: Redacción Costa Rica Mayor. 20 de julio de 2025
A pesar de contar con pensiones estables, propiedades libres de hipoteca y una larga trayectoria como ahorrantes responsables, cientos de personas adultas mayores en Costa Rica enfrentan barreras para acceder a créditos en instituciones financieras. ¿El motivo? Su edad.
Este fenómeno, conocido como edadismo financiero, representa una forma de discriminación que afecta el derecho de las personas mayores a participar activamente en la vida económica del país. Aunque muchas entidades promueven la inclusión, persisten prácticas que limitan el acceso al crédito únicamente por superar los 65 años.
“Me pidieron un fiador solo por tener 70 años, aunque tengo casa propia y pensión fija”, cuenta don Rafael, pensionado que buscaba un préstamo para remodelar su hogar.
Créditos negados por edad, no por solvencia
En muchos casos, aunque no son protocolos escritos, en la práctica las entidades financieras imponen límites arbitrarios de edad o exigen plazos de pago más cortos, como si la edad fuera sinónimo de incapacidad económica. Esto ocurre incluso si la persona demuestra ingresos regulares, buen historial crediticio y respaldo patrimonial.
Expertos en derechos humanos advierten que esta práctica vulnera el principio de igualdad de oportunidades consagrado en la Ley Integral de la Persona Adulta Mayor (N.º 7935), así como en la Convención Interamericana sobre los Derechos de las Personas Mayores, ratificada por Costa Rica.
“El acceso al crédito no es un favor; es un derecho económico y social que debe garantizarse sin discriminación por edad”, señala el abogada y especialista en vejez Eduardo Méndez.
Falta de productos financieros inclusivos
Aunque bancos como el Popular o el Nacional han dado pasos hacia el diseño de productos para adultos mayores —como tarjetas con beneficios especiales o créditos con tasas diferenciadas—, la mayoría del sistema bancario aún carece de ofertas adecuadas para este grupo poblacional.
A esto se suma la brecha digital que dificulta el acceso a trámites en línea, y la ausencia de acompañamiento personalizado para personas mayores no digitalizadas.
Un llamado a eliminar el edadismo en el sistema financiero
La exclusión financiera no solo limita la autonomía de las personas adultas mayores, también obstaculiza su participación en la economía nacional, justo en un contexto donde el país promueve la economía plateada como motor de desarrollo.
Desde distintos sectores sociales y defensores de derechos humanos, se plantea un llamado urgente para que las entidades financieras, incluidas cooperativas y bancos, revisen y eliminen el edadismo presente en sus políticas y prácticas. Se destaca que las personas adultas mayores no requieren asistencialismo, sino condiciones equitativas que les permitan ejercer plenamente su ciudadanía económica. En este contexto, se insiste en la necesidad de que el sistema financiero comprenda la longevidad no como una limitación, sino como una oportunidad de inclusión y desarrollo.
📌 Si usted o un familiar ha sido discriminado por su edad al solicitar un crédito, puede presentar una denuncia ante la Defensoría de los Habitantes o el CONAPAM llamando al número 1165.