Por Eduardo Méndez, Director de CostaRicaMayor.com
En San Juan Sur de Corralillo, en la provincia de Cartago, entre montañas verdes y cafetales, late un proyecto que ha transformado la forma de vivir la vejez en la comunidad. Se trata del Centro Diurno San Juan Pablo Segundo, un espacio gerontocomunitario que nació del deseo y la visión de Marixenia Corrales y Lorena Valverde, dos mujeres que apostaron por crear acciones concretas para mejorar la calidad de vida de las personas adultas mayores. Este origen imprime al centro un elemento de género vital, al visibilizar cómo el liderazgo femenino puede generar impacto social en la construcción de comunidades más justas y solidarias.
Cada semana, los adultos mayores llegan al centro para compartir mucho más que un desayuno. El espacio se convierte en un punto de encuentro donde las dinámicas de memoria, el ejercicio físico adaptado, la terapia ocupacional, el baile y hasta el bingo se transforman en herramientas de bienestar. No es casual que los vecinos lo describan como una “bendición para la comunidad”: allí se cultivan salud, alegría y compañía.
Para quienes participan, la vejez no significa aislamiento, sino todo lo contrario. Los adultos mayores usuarios son reconocidos por su vitalidad y compromiso. “Aquí no somos cargas, somos protagonistas”, comentó Don Evelio, quien asiste al centro, reflejando el valor de un envejecimiento en comunidad que fortalece vínculos y crea sentido de pertenencia.
Los beneficios son visibles. Las actividades ayudan a retrasar el deterioro cognitivo, previenen la dependencia física y fortalecen la resiliencia emocional. Sin embargo, no todo está resuelto. La población enfrenta retos como enfermedades crónicas, limitaciones de movilidad y riesgos asociados a la demencia. Además, persisten dificultades de transporte para algunos adultos mayores, el costo de la vida y el acceso a servicios de salud, así como limitaciones presupuestarias que condicionan la cobertura del centro a varios días a la semana.
El reto hacia el futuro es evidente: Costa Rica envejece a un ritmo acelerado y se vuelve urgente reforzar las acciones de prevención y ampliar la cobertura de servicios. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, en el distrito de Corralillo —donde se ubica San Juan Sur— viven alrededor de 2 030 personas adultas de 60 años o más, lo que representa un 16,7 % de sus 12 189 habitantes. Esta realidad explica por qué espacios como el Centro Diurno enfrentan una creciente demanda y anticipa la necesidad de expandir su cobertura en el mediano plazo.
Hoy, el Centro Diurno de San Juan Sur se ha consolidado como un verdadero referente de lo que significa envejecer con dignidad en un entorno rural. No es solo un lugar de cuido, sino una apuesta comunitaria por garantizar el derecho a un envejecimiento activo, en medio de montañas y cafetales, con la convicción de que invertir en la vejez es invertir en toda la sociedad. Como proyecto gerontocomunitario, este centro demuestra que cuando se crean espacios pensados para las personas mayores, los beneficios trascienden lo individual y alcanzan a toda la comunidad.
En San Juan Sur, envejecer entre montañas y café es sinónimo de hacerlo con dignidad, alegría y compañía.