Por: Eduardo Méndez, Máster en Gerencia Social. Especialista en envejecimiento y vejez
Cuando llega el momento de cuidar a mamá o papá, muchas familias descubren que no basta con el amor y la disposición: también se necesita organización, diálogo y compromiso. En Costa Rica, como en muchas partes del mundo, son los hijos quienes asumen en mayor o menor medida los costos del cuidado de sus padres adultos mayores. Pero ¿cómo lograr que esta responsabilidad sea compartida de forma equitativa entre los hermanos?
Aquí te presento algunos consejos clave para que el proceso sea más justo, transparente y humano.
- Conversar abiertamente sobre la situación financiera
Hablar de dinero en familia puede ser incómodo, pero es necesario. Es fundamental que los hermanos se reúnan y discutan abierta y honestamente cuál es la situación económica de sus padres y cuánto puede aportar cada uno. No se trata de dividir “en partes iguales”, sino de encontrar un equilibrio que respete las capacidades de cada quien.
- Reconocer los diferentes tipos de aportes
No todos los hermanos pueden contribuir con dinero. Hay quienes cuidan, quienes llevan a citas médicas, quienes cocinan o acompañan. Estos aportes también deben valorarse como parte del compromiso familiar. El cuidado no es solo económico, es también emocional y logístico.
- Establecer un presupuesto conjunto
Crear un presupuesto mensual con los gastos del cuidado —medicamentos, consultas, transporte, alimentación, servicios especiales— permite tener claridad y evitar malentendidos. Es recomendable registrar los gastos en una hoja de cálculo compartida o una aplicación para mantener a todos informados.
- Formalizar acuerdos familiares
Aunque no se trate de un contrato legal, un acuerdo familiar por escrito puede ayudar a evitar tensiones futuras. Usar una bitácora o un libro de actas puede ayudar para incluir los compromisos económicos, responsabilidades prácticas y frecuencia de revisión del acuerdo.
- Buscar acompañamiento externo
Un trabajador social, un orientador familiar o un mediador puede facilitar el diálogo entre hermanos, especialmente si hay desacuerdos persistentes. En Costa Rica, también se puede recurrir a organizaciones como AGECO a los EBAIS con el servicio de trabajo social que orientan sobre redes de apoyo y derechos de las personas mayores.
Cuidar no debe ser un motivo de ruptura
El cuidado de las personas adultas mayores es un acto de amor, pero también un reto que pone a prueba las dinámicas familiares. Dividir los costos del cuidado entre hermanos requiere más que dinero: exige empatía, compromiso y, sobre todo, la convicción de que nuestros padres merecen en su vejez una vida digna, segura y rodeada de afecto.
¿Y vos? ¿Ya hablaste con tus hermanos sobre cómo cuidar a mamá y papá?
En Costa Rica Mayor seguimos promoviendo una cultura del cuidado solidario, justo y humano. Porque envejecer con dignidad es un derecho, y cuidarnos entre generaciones, una responsabilidad compartida.