15 de junio: Día Mundial contra la Violencia hacia las Personas Adultas Mayores – Una urgencia silenciosa en Costa Rica

Jun 2, 2025 | Opinión, slider opinion | 0 Comentarios

Autor: Costa Rica Mayor

Por Eduardo Méndez Vásquez, Máster en Gerencia Social, Especialista en envejecimiento y vejez

Cada 15 de junio se conmemora el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, una fecha promovida por Naciones Unidas para visibilizar una realidad que, aunque persistente, permanece en gran medida invisibilizada: la violencia estructural, simbólica, patrimonial e institucional que enfrentan miles de personas adultas mayores en Costa Rica.

A pesar de los avances normativos y del fortalecimiento del marco institucional desde la promulgación de la Ley Integral para la Persona Adulta Mayor (Ley 7935) y de la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, la violencia hacia las personas mayores sigue manifestándose en formas diversas y complejas. Esta violencia no se limita a los actos físicos o explícitos; se expresa también en el abandono afectivo, la apropiación indebida de sus bienes, la exclusión de espacios de participación, la invisibilización de su voluntad y la desatención de sus necesidades básicas y jurídicas.

El edadismo, entendido como el conjunto de prácticas, representaciones y actitudes discriminatorias basadas en la edad, sigue arraigado en la cultura costarricense. Expresiones como “ya está muy viejo para eso” o “mejor que no opine” refuerzan estereotipos que deslegitiman la autonomía y capacidad de decisión de las personas adultas mayores. Este sesgo cultural, lejos de ser anecdótico, tiene consecuencias concretas: limita el acceso a servicios, reduce oportunidades de participación ciudadana y debilita la respuesta del Estado ante situaciones de violencia o abandono.

De acuerdo con informes del Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (CONAPAM) y la Defensoría de los Habitantes, se ha registrado un aumento sostenido de denuncias por maltrato, en particular por violencia patrimonial, que incluye la apropiación de pensiones, manipulación de bienes, coacción sobre decisiones legales y expulsión del entorno familiar. Estos hechos, en su mayoría, ocurren en el ámbito doméstico, precisamente donde debería prevalecer el cuidado, el afecto y la corresponsabilidad. Muchas de esas situaciones derivan en estado de abandono.

Pero no menos preocupante es la violencia institucional, ejercida cuando el Estado falla en proporcionar una respuesta efectiva, ágil y accesible. La fragmentación de las redes de apoyo, la falta de coordinación interinstitucional, la limitada especialización del personal público y la escasez de recursos dirigidos a la protección integral de las personas adultas mayores, reflejan un sistema que, en ocasiones, posterga la urgencia y diluye las responsabilidades.

Este 15 de junio debe ser, más que una conmemoración, una oportunidad de compromiso colectivo. Es imperativo reformular políticas públicas, fortalecer los protocolos interinstitucionales de atención y prevención, desarrollar campañas sostenidas de sensibilización social, y asegurar una formación técnica especializada para operadores del sistema de salud, justicia, seguridad y protección social.

Asimismo, urge promover una transformación cultural que sitúe a las personas adultas mayores como sujetos de derechos, y no como receptores pasivos de asistencia. Reconocer su voz, historia, autonomía y dignidad debe ser un principio rector en cualquier modelo de atención centrado en la persona y sustentado en el enfoque de derechos humanos.

En una Costa Rica que envejece aceleradamente, construir un entorno libre de violencia hacia las personas mayores no es solo un desafío ético, sino una responsabilidad colectiva que compromete a las familias, las instituciones, el sector privado y el Estado.

La dignidad no se pierde con los años, ni se pospone por la edad. Cuidar, respetar y garantizar los derechos de las personas adultas mayores es una expresión concreta de la justicia intergeneracional y un indicador real del nivel de humanidad de una sociedad.

Costa Rica Mayor se suma al llamado por una vejez libre de violencia, con justicia, equidad y dignidad. Este 15 de junio, alcemos la voz y sostengamos el compromiso.

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