Doña Ruth: la voz de la experiencia en las juntas directivas comunales
Por: Redacción Costa Rica Mayor
Cartago, 20 de agosto de 2025 . En San Blas de Cartago, la historia de Ruth Chaves Cascante, de 82 años, refleja la importancia de que las personas adultas mayores participen activamente en las juntas directivas de asociaciones comunales y centros diurnos.
Doña Ruth no solo ha dedicado su vida al servicio comunitario, sino que continúa hoy siendo un referente de liderazgo, compromiso y visión. Su experiencia demuestra que la participación de las personas mayores no es un gesto simbólico, sino una necesidad para el fortalecimiento democrático de las comunidades.
La visión de la experiencia
Consultada sobre por qué es fundamental que las personas mayores se integren a las juntas directivas, Doña Ruth es clara:
“Me parece que es importante por la visión que nosotros como adultos mayores tenemos; la podemos compartir con los miembros jóvenes para que vayan aprendiendo y empoderándose. Eso facilita el manejo de una junta directiva en todas las decisiones que se tomen.”
Su voz resalta el valor de la intergeneracionalidad, donde la sabiduría y la experiencia se convierten en guía para las nuevas generaciones.
Una trayectoria de servicio
La participación de Doña Ruth no es reciente. Ella ha formado parte de diversas juntas directivas a lo largo de su vida, entre ellas la Asociación Nacional de Educadores (ANDE) y sus filiales, la Asociación de Desarrollo de San Blas de Cartago y el Centro Diurno ASESAM de San Blas, donde ya acumula cuatro años de servicio.
Este recorrido muestra cómo la experiencia de las personas mayores contribuye a la sostenibilidad y transparencia de las organizaciones sociales, generando confianza y continuidad en los proyectos que impactan directamente en sus comunidades.
Más que un aporte, un derecho
La Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores reconoce el derecho a la participación comunitaria y social como un eje central de la vida en la vejez. Involucrarse en juntas directivas no solo beneficia a las comunidades, sino que garantiza que las decisiones contemplen la perspectiva de quienes han construido el tejido social durante décadas.
Comunidades fortalecidas
La integración de las personas adultas mayores en juntas directivas aporta visión de largo plazo en la toma de decisiones, fortalece la democracia comunal al incluir diversas voces, genera espacios de aprendizaje y empoderamiento para los más jóvenes, y favorece la sostenibilidad de proyectos que benefician directamente a la población mayor.
Casos como el de Doña Ruth muestran que el liderazgo de las personas mayores no tiene fecha de caducidad. Al contrario, es en la vejez cuando la experiencia, la resiliencia y la capacidad de escucha se convierten en herramientas esenciales para el bien común.
En palabras de Doña Ruth, la participación social de las personas mayores es “un puente que une generaciones, fortalece comunidades y garantiza que nadie quede atrás en el proceso de desarrollo”.